Lo ideal sería que todas las tortugas vivieran en estado salvaje a su libre albedrío, pero lo cierto es que en algunas ocasiones como últimamente está pasando con los incendios, la mejor garantía de que estos entrañables seres sobrevivan es que mucha gente las cuide y las proteja, pero es muy importante que se las cuide bien, ya que son animales que pese a su apariencia de poca actividad y de que no necesiten muchos cuidados, en realidad es todo lo contrario.
Alimentación
Vegetales fibrosos: Berza triturada, Zanahoria rallada (cruda o hervida), tomates, judías verdes, maíz tierno (por ejemplo del congelado), espinacas, diente de león (tallo y flores), calabaza, coliflor, brócoli, pétalos de flores (silvestres, ya que las flores de viveros en ocasiones llevan productos químicos nocivos), lechuga, alcachofas (muy bien lavadas), ranúnculos, trigo germinado, copos de avena, arroz hervido, pan húmedo.
Frutas: Plátanos, naranja (en poca cantidad, ya que si no les provocará diarreas), manzana, fresas, sandía, cerezas (quitar el hueso), frambuesas, higos, peras, melocotón, ciruelas, etc...
Animales: Insectos variados, caracoles, lombrices de tierra, carne picada sin grasa, jamón dulce.
Reproducción
El principal problema para la reproducción de las tortugas en cautividad es el conseguir que los animales se encuentren en las condiciones adecuadas de espacio y temperatura, si esto lo conseguimos, casi con toda certeza lograremos que se reproduzcan.
Las hembras por norma general tardan unos 2 años más que los machos en ser fértiles (ellos alrededor de los 7 años y ellas sobre los 9).
La época de mayor actividad sexual es durante la primavera y verano, cuando la mayor duración de la luz diurna y el incremento del calor solar provoca una mayor secreción de hormonas en la corriente sanguínea dando por resultado una incesante actividad sexual.
En la Testudo Graeca así como en la Testudo Hemanni el cortejo consiste en que los machos golpean el caparazón de las hembras con la parte anterior de su caparazón escondiendo antes la cabeza. Para esto el macho planta firmemente sus patas en el suelo, impulsando enérgicamente todo su cuerpo contra la parte trasera del plastrón de la hembra, con el fin de estimularla y que ella se percate de las intenciones del macho.
El acoplamiento tiene lugar trepando el macho sobre la hembra de manera que queda su plastrón cóncavo sobre el caparazón de ella y una vez que él adopte la posición adecuada, colocará su rabo (mucho más largo que el de la hembra) en contacto con el de ella y procederá a expeler el pene por el agujero del ano, maniobrando hasta alcanzar el ano de su compañera situado debajo de su cola.
El macho cuando está en plena acción abre la boca, mientras que ella en ocasiones se estará quieta y tranquila mientras que en otras tantas intentará escapar dando lugar a situaciones curiosas ya que el macho (mas pequeño que ella) es literalmente remolcado por la hembra.
Incubación de los Huevos
Cuando se acerca la época de la puesta hay que vigilar estrechamente todos los movimientos de nuestras tortugas para poder determinar exactamente el lugar elegido para poner los huevos ya que son muy hábiles escondiéndolos y si no observas donde los ocultan es probable que se pierdan y muy poco probable que lleguen a buen fin.
La puesta de los huevos tiene lugar unas ocho semanas después del apareamiento y la hembra excavará con sus patas traseras un hoyo en el lugar que ella considere óptimo para que lleguen a buen fin.
Los huevos puestos en el exterior en climas templados tienen pocas posibilidades de que se desarrollen, salvo que se disfrute de un verano largo y caliente, ya que en latitudes considerablemente más al norte que las del hábitat natural de los reptiles, los rayos solares son excesivamente débiles y de duración insuficiente para mantener la temperatura constante necesaria para el desarrollo del embrión.
Una vez que empieza hay que permitir que la hembra termine de poner los huevos y cubra el nido antes de recogerlos, procediendo después a retirar cuidadosamente la tierra que los cubre procurando mantener éstos en la misma posición en que fueron puestos, para lo cual realizaremos una marca en el punto superior de cada uno con un lápiz de cera, y al colocarlos en el medio de incubación lo haremos poniéndolos todos con la señal que hicimos anteriormente hacia arriba, enterrándolos finalmente justo por debajo de la superficie.
A diferencia de lo que ocurre con los huevos de la aves, a los de las tortugas No debe dárseles vueltas ni molestarlos una vez se han colocado en posición en el medio de incubación, hasta el momento de salir del cascarón.
Lo ideal para conseguir que las tortugas lleguen a nacer es colocarlas en un incubador, pero debido al elevado precio de estos aparatos podemos construirnos nosotros mismos un incubador casero y económico basado en los principios de toda incubadora que son mantener una temperatura y humedad constante, que consistirá en dos cubetas de plástico una más pequeña que la otra, un calentador de agua de acuario con termostato y un termómetro para reptiles.
Colocaremos en la cubeta grande agua hasta 1/3 de su capacidad y pondremos dentro el calentador de agua con termostato. Dentro de la cubeta grande colocaremos la pequeña flotando en el agua caliente como si fuera al "baño María" y dentro de la pequeña colocaremos sustrato de vermiculita, que se puede adquirir en tiendas de reptiles.
La vermiculita que usaremos para incubar los huevos nos permitirá el paso de la humedad y una correcta circulación del aire alrededor de los huevos.
Después de todo colocaremos el termómetro introducido en la vermiculita a la misma altura donde se coloquen los huevos para tener un control de la temperatura exacta a la que están los huevos.
Por último taparemos la cubeta de plástico grande con su tapa de plástico a la que previamente habremos hecho muchos agujeros con el fin de que circule el aire y no haya un exceso de humedad, ya que de haber demasiada humedad se formará moho en la superficie de la tierra y eso tampoco nos interesa.
El agua de la incubadora al estar más caliente que el aire del exterior se irá evaporando poco a poco y se irán condensando pequeñas gotitas en la tapa de plástico que irán cayendo de vez en cuando a la superficie de la tierra lo cual nos aportará la humedad que deseamos.
Por otro lado el calentador nos aportará el calor necesario para mantener la temperatura constante en la incubadora, pero al principio habrá que regular el termostato para que no aumente ni disminuya la temperatura que nos interesa.
Normalmente pondrán 2 o 3 huevos y dependiendo de la temperatura de incubación nacerán machos o hembras de manera que de 26 a 29ºC nacerán machos y de 29 a 32ºC nacerán hembras.
Los huevos de la Testudo Graeca miden aproximadamente 1cm de ancho por 2.4 cm de largo pesando unos 12 gr. cada uno.
El periodo de incubación en la Testudo Graeca oscilará entre 97 y 120 días dependiendo de la temperatura de incubación.
ENFERMEDADES
- Ectoparásitos: - Los Insectos
- Los Ácaros
- Las Sanguijuelas
- Los Hongos
- Llagas
- Dermatitis de Humedad
- Hipervitaminosis
- Osteodistrofia nutritiva
- Desprendimiento de las placas del caparazón
- Fracturas o lesiones del caparazón
- Muda dificultosa
* Enfermedades del Aparato Digestivo:
- Crecimiento exagerado de picos y garras
- Estomatitis ulcerativa o necrótica
- Inflamación Bucal
- Vómitos
- Diarrea
- Parásitos intestinales
- Estreñimiento
- Cloatitis y prolapso cloacal
Hibernación
Lo primero que hay que considerar es que nunca deberemos dejar hibernar a una tortuga que esté enferma o herida, ya que con casi total seguridad morirá antes de llegar a despertar en primavera.
Sobre el eterno dilema de si hay que dejar a las tortugas hibernar o no, hay multitud de opiniones y teorías.
Yo, por mi experiencia personal, recomiendo NO dejar hibernar a las tortugas en lugares donde la temperatura ambiente llegue a ser menor de 0 ºC
Las tortugas y otros animales que hibernan, no lo hacen porque su metabolismo lo necesite para desarrollarse o madurar, sino por imperiosa necesidad debido al intenso frío y la escasez de comida durante estos fríos meses.
En cuanto a la teoría de que la tortuga que hiberna llega antes a la madurez sexual puedo asegurar que no es cierta.
En un estudio estadístico realizado sobre la hibernación basado en 50 tortugas durante un periodo de seis años, de los cuales, en tres de ellos las tortugas hibernaron en cajas con paja en un exterior frío sin ningún tipo de protección extra, se produjo la muerte del 25% del total en cada uno de los inviernos. En los siguientes tres años todas las tortugas se mantuvieron a una temperatura de unos 12º-15ºC en un terrario calentado artificialmente, teniendo las tortugas la posibilidad de aumentar su temperatura colocándose debajo de una lámpara de rayos infrarrojos. Raramente las tortugas no desearon pasar todo el tiempo bajo la lámpara calefactora y muchas de ellas comieron una o dos veces por semana, siendo el resultado que tratando a las tortugas de esta forma no se produjeron muertes directamente atribuibles al periodo de hibernación.
No hay que olvidar que la Testudo Graeca es mayoritariamente originaria del Norte de África y del Sur de España, siendo en las zonas costeras donde más abundan, y estudiando las gráficas de temperaturas de estas zonas, se puede comprobar que en invierno raramente se tienen temperaturas demasiado bajas durante periodos excesivamente largos, y que por el contrario se tienen muchos días bastante calientes como para permitir que las tortugas salgan por los alrededores.
Problemas poshibernación:
Con frecuencia cuando la tortuga sale de hibernación los párpados están unidos entre sí, por lo que habrá que lavarle abundantemente los ojos con un algodón humedecido en infusión de manzanilla.
Al salir la tortuga de hibernación se le debe ofrecer agua templada para beber en un plato grande poco profundo.
Puede negarse a comer hasta que no esté toda ella caliente, con una temperatura corporal de 23 a 26ºC.
Si continúan sin querer comer es aconsejable examinar el interior de la boca, pues en ocasiones son corrientes las úlceras y estomatitis infecciosas, por lo que habrá que forzar a la tortuga a ingerir alimentos fluidos o semifluidos.
En ocasiones, al despertar la tortuga no come ni bebe debido a que tiene la boca dolorida. Se le debe abrir la boca para examinar si se hubiera producido una úlcera y la extensión del daño en la lengua y demás tejidos. Es aconsejable si nos encontramos en este caso acudir al veterinario, que eliminará el material necrótico, tomará una muestra para un cultivo bacteriológico y le administrará alimentación suplementaria así como una buena hidratación.
Durante varios meses habrá que tener especial cuidado con la reposición de fluidos y minerales, ya que los tejidos de las tortugas son bastante lentos en curar.
Algunas tortugas padecen estreñimiento al terminar la hibernación, y en estos casos es muy eficaz unos baños con agua templada a unos 26ºC.